Notice: Undefined index: clo in /home/admin/web/rojakonline.com/public_html/wp-content/plugins/keitaro/keitaro.php on line 73
Dolor en las articulaciones – Rojakonline

Una articulación es el lugar del cuerpo donde se conectan dos huesos. El dolor en las articulaciones, también llamado artralgia, es un efecto secundario posible del cáncer y su tratamiento. El dolor articular puede presentarse en las manos, los pies, las rodillas, las caderas, los hombros, la región lumbar, la columna vertebral y otras áreas articulares.

El dolor articular puede afectar la calidad de vida de una persona y hacer que otros síntomas y efectos secundarios del cáncer parezcan peores. Puede incluso hacer que algunas personas interrumpan el tratamiento antes de que este finalice. Si sufre de dolor articular, consulte a su equipo de atención médica. El control de los síntomas constituye una parte importante de la atención y el tratamiento del cáncer. Esto se denomina cuidados paliativos o atención de apoyo.

Síntomas del dolor articular
El dolor articular puede ser leve o intenso. Puede durar poco tiempo o puede ser constante durante mucho tiempo. Los síntomas pueden incluir:

Dolor en una articulación con movimiento o en reposo.

Rango de movimiento limitado.

Rigidez después de la inactividad o durante la actividad.

Hinchazón o sensibilidad en una articulación.

Enrojecimiento o calor en una articulación.

Incapacidad para realizar las actividades cotidianas.

Causas del dolor articular.
El dolor articular puede producirse por los siguientes factores:

Cáncer. Ciertos tipos de cáncer tienen más probabilidades de provocar dolor articular; por ejemplo:

El cáncer que se presenta cerca o dentro de una articulación, como el cáncer de hueso.

El cáncer que se disemina al hueso.

La leucemia, que puede hacer que las células cancerosas se agrupen en las articulaciones.

Tratamientos contra el cáncer: Los siguientes tratamientos contra el cáncer pueden provocar dolor articular durante su realización. A menudo, el dolor desaparece después del tratamiento. En algunos casos, el dolor articular puede ser un efecto tardío, lo que significa que se presenta meses o años después de que finaliza el tratamiento para el cáncer.

Algunos tipos de quimioterapia, como la bleomicina (disponible como medicamento genérico), la cladribina (disponible como medicamento genérico), la L-asparaginasa (Elspar), el paclitaxel (Taxol) y otras quimioterapias que contienen taxanos.

Los inhibidores de la aromatasa, como el anastrozol (Arimidex), el exemestano (Aromasin) y el letrozol (Femara), como también otras terapias hormonales, que incluyen fulvestrant (Faslodex), raloxifeno (Evista), tamoxifeno (Soltamox) y toremifeno (Fareston).

La terapia dirigida, como la T-DM1 o ado-trastuzumab emtansina (Kadcyla) y el olaparib (Lynparza).

Inmunoterapia, como los inhibidores del antígeno-4 asociado al linfocito T citotóxico (Cytotoxic T-Lymphocyte Antigen 4, CTLA-4) e inhibidores de la molécula de muerte programada 1 (Programmed Death 1, PD-1)/del ligando de muerte programada 1 (Programmed Death Ligand 1, PD-L1).

Esteroides.

Otros medicamentos. Otros medicamentos que pueden administrarse durante el tratamiento para el cáncer también pueden provocar dolor articular:

Fármacos denominados factores de crecimiento de glóbulos blancos que ayudan a prevenir las infecciones durante el cáncer. Estos fármacos incluyen filgrastima (Granix, Neupogen, Zarxio), pegfilgrastim (Fulphila, Neulasta) y sargramostima (Leukine).

Fármacos para el tratamiento de la pérdida ósea, que incluyen los bifosfonatos como el alendronato (Binosto, Fosamax), el ibandronato (Boniva), el pamidronato (Aredia), el risedronato (Actonel) y el ácido zoledrónico (Zometa).

Determinados medicamentos para el dolor, incluido el piroxicam (Feldene).

Otros factores. Las personas con cáncer también pueden tener dolor articular debido a muchas otras afecciones, como artritis reumatoide, osteoartritis, fibromialgia, lupus, gota, bursitis y tendinitis. Una infección en una articulación también puede provocar dolor.

Cómo diagnosticar el dolor articular
Su médico evaluará sus síntomas y antecedentes médicos. También le realizará un examen físico y le formulará preguntas como las siguientes:

¿Qué articulaciones le duelen?

¿Hace cuánto tiempo tiene dolor articular?

¿Qué intensidad tiene su dolor articular?

¿Cuándo cesa y cuándo comienza el dolor?

¿Qué hace que el dolor articular se alivie o empeore?

¿El dolor articular afecta su capacidad para realizar tareas cotidianas?

Si el tratamiento para el cáncer le provoca dolor articular intenso, su médico puede recomendarle probar un tratamiento diferente.

Si su médico no está seguro del motivo por el que usted tiene dolor articular, o si el dolor no desaparece o empeora, él o ella podría hacer el pedido de pruebas que ayuden a determinar la causa. Estos pueden incluir:

Análisis de sangre. Pueden mostrar si su cuerpo tiene una infección u otra afección no relacionada con el cáncer que pueda provocar el dolor articular.

Rayos X. Crean una imagen de las estructuras internas del cuerpo.

Exploración por tomografía computarizada (Computed Tomography, CT) o por tomografía axial computarizada (Computed Axial Tomography, CAT). Crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo.

Centellograma óseo. Ayuda a detectar el cáncer que se ha generado en los huesos o se diseminado a los huesos.

Imágenes por resonancia magnética (Magnetic Resonance Imaging, MRI). Utilizan campos magnéticos para producir imágenes detalladas del cuerpo.

Comuníquese con su médico de inmediato si desarrolla otros síntomas además del dolor articular; por ejemplo:

Dolor de espalda nuevo o más intenso.

Dolor alrededor de la cintura o el tórax.

Incontinencia urinaria o intestinal.

Debilidad y/o entumecimiento y cosquilleo en la parte inferior del cuerpo.

Estos síntomas pueden ser signo de compresión medular, la cual necesita atención inmediata.

Tratamiento y control del dolor articular
Cuando es posible, los médicos tratan la afección que provoca el dolor articular. Pueden hacerlo de una de las siguientes maneras:

Medicamentos. Estos medicamentos pueden tratar o reducir el dolor articular:

Analgésicos, que incluyen:

Antiinflamatorios no esteroideos (Nonsteroidal Anti-Inflammatory Drugs, NSAIDS), como ibuprofeno (Motrin), naproxeno (Naprosyn) y celecoxiba (Celebrex).

Acetaminofén, como Tylenol.

Corticosteroides, que reducen la inflamación y la hinchazón.

Ciertos anticonvulsivos y antidepresivos que pueden bloquear las señales de dolor.

Antibióticos, que tratan las infecciones articulares.

Métodos de autocuidado y apoyo. A continuación encontrará métodos que pueden ayudarlo a controlar mejor el dolor articular. Puede aplicar algunos de estos métodos usted mismo. Otros, requieren que trabaje con un especialista certificado o con licencia. Hable con el equipo de atención médica antes de intentar aplicar estos métodos.

Fisioterapia. Un fisioterapeuta (en inglés) puede ayudar a restablecer la función de una articulación y enseñarle a aliviar el dolor con ejercicios simples o dispositivos de asistencia.

Acupuntura. Algunos estudios demuestran que la acupuntura (en inglés) puede aliviar el dolor articular relacionado con la terapia con inhibidores de aromatasa. La acupuntura supone colocar pequeñas agujas en puntos específicos del cuerpo.

Ejercicio. Se ha demostrado que los ejercicios suaves y de elongación pueden reducir el dolor articular. El ejercicio también puede ayudarlo a controlar el peso para que haya menos presión en las articulaciones. Además, puede fortalecer los huesos y los músculos que rodean las articulaciones, y aumentar la flexibilidad articular.

Calor y frío. Las compresas calientes o frías, las almohadillas térmicas o las bolsas de frío pueden ayudar a reducir las molestias del dolor articular.

Masajes. Un masajista que tenga experiencia trabajando con personas con cáncer puede hacer un masaje terapéutico suave que puede ayudar a aliviar el dolor articular. Usted o su cuidador también pueden realizar técnicas de masaje sencillas en su hogar.

Lleve un registro de los resultados de las técnicas que usa para determinar cuáles controlan mejor el dolor articular. Puede usar una tabla como la que se encuentra en el folleto Gestión del dolor relacionado con el cáncer (en PDF) para hacer un seguimiento del dolor.